¿me se entiende?
El facebook, el twiter, el twenty, el blog, la web... ¿la cuála?
A diario nos vemos bombardeados con términos anglosajones que designan los nuevos inventos. En un planeta cada vez más globalizado es normal que el inglés, como idioma internacional, domine la nomenclatura aunque solo sea por practicidad.
Este pobre humano que aquí escribe tuvo la mala suerte de ser "de francés" (en mi época estudiar inglés era muy vanguardista). A diario, en un ejercicio de actualización constante, sufro para comprender e incorporar a mi torpe diccionario todas las expresiones que me voy encontrando.
Pero lo que ocurre en el sector del "diseño gráfico y publicidad" es desproporcionado, se va inundando de anglicismos cada día, cada hora en una muestra de necedad sin fin.
Si, ya se que cada profesión tiene su lenguaje técnico, pero esta nuestra se empeña en sembrar el oscurantismo. Desde la aparición del ordenador (que favorece el que cualquiera sea diseñador gráfico en dos telediarios) y tras múltiples series y películas americanas de publicistas-semidioses, nuestra profesión ha perdido la dignidad, el oficio y la ética. Ahora está repleta de diletantes con ganas de destacar. No bastaba la máxima absurda de "crear algo diferente" ahora hay que hacerlo en un lenguaje que el público medio no domine, porque no olvidemos que no todos los productos son para menores de treinta años (sirvan como ejemplo los lemas que acompañan últimamente a las marcas en los anuncios de televisión).
¿Alguien podría explicar la existencia de palabras como collhunting, brief, brainstorming, newsletter, branding, socialmedia... si no es para parecer moderno y distante?. Y más cuando las escuchas pronunciadas en perfecto español, aunque a veces he oido [stɔːri] pronunciado en un exquisito inglés tras hablar del "conceto".
No quiero convertirme en un abanderado del Castellano (no estoy yo para batallitas), pero me consta que casi todos los términos extranjeros que se utilizan en publicidad tienen correspondencias en nuestro idioma, tan llenito de sinónimos.
Yo, en la medida de lo posible, me comunicaré con mis clientes y amigos esquivando todos los anglicismos que pueda. Intentaré trabajar más el fondo y en cuanto a la forma bastará con hacerme comprender.
Aspiro a saber leer y escribir dignamente en castellano.
No más anglicismos "plis"
A diario nos vemos bombardeados con términos anglosajones que designan los nuevos inventos. En un planeta cada vez más globalizado es normal que el inglés, como idioma internacional, domine la nomenclatura aunque solo sea por practicidad.
Este pobre humano que aquí escribe tuvo la mala suerte de ser "de francés" (en mi época estudiar inglés era muy vanguardista). A diario, en un ejercicio de actualización constante, sufro para comprender e incorporar a mi torpe diccionario todas las expresiones que me voy encontrando.
Pero lo que ocurre en el sector del "diseño gráfico y publicidad" es desproporcionado, se va inundando de anglicismos cada día, cada hora en una muestra de necedad sin fin.
Si, ya se que cada profesión tiene su lenguaje técnico, pero esta nuestra se empeña en sembrar el oscurantismo. Desde la aparición del ordenador (que favorece el que cualquiera sea diseñador gráfico en dos telediarios) y tras múltiples series y películas americanas de publicistas-semidioses, nuestra profesión ha perdido la dignidad, el oficio y la ética. Ahora está repleta de diletantes con ganas de destacar. No bastaba la máxima absurda de "crear algo diferente" ahora hay que hacerlo en un lenguaje que el público medio no domine, porque no olvidemos que no todos los productos son para menores de treinta años (sirvan como ejemplo los lemas que acompañan últimamente a las marcas en los anuncios de televisión).
¿Alguien podría explicar la existencia de palabras como collhunting, brief, brainstorming, newsletter, branding, socialmedia... si no es para parecer moderno y distante?. Y más cuando las escuchas pronunciadas en perfecto español, aunque a veces he oido [stɔːri] pronunciado en un exquisito inglés tras hablar del "conceto".
No quiero convertirme en un abanderado del Castellano (no estoy yo para batallitas), pero me consta que casi todos los términos extranjeros que se utilizan en publicidad tienen correspondencias en nuestro idioma, tan llenito de sinónimos.
Yo, en la medida de lo posible, me comunicaré con mis clientes y amigos esquivando todos los anglicismos que pueda. Intentaré trabajar más el fondo y en cuanto a la forma bastará con hacerme comprender.
Aspiro a saber leer y escribir dignamente en castellano.
No más anglicismos "plis"