No me llames, que no estoy para nadie
Ya lo siento, pero me veo en la obligación de realizar un retiro espiritual. No es que quiera, es que lo necesito.
Me llevarán, a regañadientes, hacia alguna zona de mar. Allí, mediante tratamientos altamente peligrosos, intentarán hacerme olvidar el trabajo.
Cuando vuelva… ya hablaremos de lo que teníamos pendiente (si me acuerdo).