Hermida
Se me pierden las cosas y las personas; se me mueren los recuerdos...
Ayer se marchó Jesús Hermida (según parece algunos no saben quien era).
Yo no lo conocí, no sé de sus secretos ni verdades, tampoco tengo ni idea de que tal persona era... pero compartí con él cientos de horas de televisión y hoy al ver su cara en todos los sitios, se me llenan los ojitos de ayer.
Yo nací en 1969, cuando el hombre pisó la luna y esa retransmisión ya la hizo Hermida para RTVE (la única tele de tenía España).
Los que crecimos con la televisión en blanco y negro, lo hicimos con su voz y flequillo nadando en el todavía encorsetado terreno de la transición. Fueron años de muchos contrastes, donde Hermida compartía parrilla con Balbín, Torrebruno, Isabel Tenaille, Pepe Domingo Castaño, Lazarov, José Luis Moreno, Paloma Gómez Borrego...
Él, que ha sido denominado muchas veces como "maestro", importó a España el estilo americano de entender el medio e inventó muchos de los formatos televisivos hoy tan habituales. Posiblemente, vistos desde hoy, algunos de sus programas resulten excesivamente ñoños, pero en aquella época eran bocanadas de aire fresco entre tanta mediocridad. Tantos años de profesión (con sus luces y sombras) demostrando ser un verdadero innovador y un profesional como la copa de un pino, han asegurado a Hermida un sitio destacado dentro de la historia de la comunicación de nuestro país.
Yo no soy periodista, leo y escribo torpemente, pero estando tan cerca el día internacional de la libertad de prensa, sólo puedo desear que los periodistas del mañana tengan como mínimo la calidad de Jesús Hermida.
Jesús, para mi ha sido un auténtico privilegio haber sido uno de tus televidentes. Te he visto hacer de todo: corresponsal, presentador, entrevistador, director, incluso cantante y padre de las "chicas Hermida". Te has mostrado: irónico, gracioso, pausado, incisivo, cercano, exigente, amigable, tímido y también malhumorado. Por todo eso, gracias.
Yo no te olvidaré, porque dentro de mí puedo encontrar parte de tu legado: el gusto por las cosas lentas y bien hechas, el amor al oficio. ¿Serán características de antaño?
De acuerdo, aquellos eran otros tiempos.
¿Mejores? Pues, en algunas cosas SI
