Semana Santa 2016
Llega la nueva edición de la Semana Santa de Zamora. Llega la presentación del cartel 2016 y por supuesto la consabida polémica de regalo.
Yo, con las facultades mermadas por un duro día de trabajo declaro: Que no deseo polemizar, ni tampoco condenar la complicada labor de la Junta ProSemana Santa. Con lo escrito en estas lineas no busco ningún reconocimiento ni contrato de trabajo, sólo es el fruto de una discusión personal. Vamos... como una terapia
No me gusta la decisión de atesorar pequeñas "obras de arte locales" sin más criterio. No tenemos espacio para un gran museo y menos para una pinacoteca. A este paso, dentro de 50 años podremos comprar una enorme colección de carteles o postales que nunca representaron nada ni a nadie en su época, ni tampoco su realidad estético-artística.
Y es que ese tipo de propuestas no es seria, es más propia de un inversor del "Barrio Salamanca" pero no de una asociación, consorcio o colectivo destinado a la salvaguarda y promoción de la principal actividad de la ciudad.
Como sugerencia, ya puestos a acumular arte, no estaría de más contratar los servicios de artistas foráneos de apellidos sonoros, Barceló, Antonio López... incluso explorar opciones no figurativas. Aunque salga muy caro podríamos mantener el mismo super-cartel cada cinco años. Es como los malos anuncios de televisión que no tienen guión ni nada, pero lo arreglan contratando como protagonista a un actor (o actriz) internacional superconocido.
Vamos, que no me parece algo muy meditado, ya puestos se me ocurren otras proposiciones:
- En nuestros carteles sólo pueden aparecer el rojo y el verde.
- Que los realicen hermanos en activo, o en su defecto algún familiar de los mismos.
- Siempre deben aparecer el mismo número de figuras femeninas y masculinas.
- El fondo debe llevar siempre la cúpula de la Catedral o el rosetón de San Juan.
- Sólo lo podrá realizar aquel que tenga ocho apellidos zamoranos.
- Nunca se reproducirán sobre papel, representan algo "inmaterial".
- Si lleva alimentos, que sean con Denominación de Origen.
Y todo esto sin entrar en preguntas como: ¿Quién elige el artista del año que viene? ¿Se hace por estricto orden alfabético o por sorteo? ¿Dónde está la lista de artistas?, ¿Cómo se entra o sale de ella? ¿Se vale repetir?... Estas preguntan que, a priori, suenan a cachondeo para mi contiene bastante enjundia y desconozco sus respuestas.
Pero sigamos con el planteamiento...
En alguna de las ediciones pasadas las pinturas no llegaban a pasar de eso, pinturas, alguna de ellas ni siquiera me atrevería a calificarla de arte. Pero por falta de los conocimientos necesarios nunca llegaban a convertirse en dignos carteles anunciadores, no llegaban ni siquiera a funcionar como provocación visual (que sería otra digna opción).
Es lamentable que cada año alguno de los tropecientos carteles que se editan desde las diferentes cofradías supere en calidad y aceptación al cartel oficial.
El cartel 2016 lo ha realizado Tomás Crespo, otro de los reconocidos artistas de la provincia. Y este año, afortunadamente tenemos un cartel. Si, un cartel discreto y correcto, pero un cartel al fin y al cabo. Cumple con los requisitos mínimos: un mensaje claro y conciso, colores planos y brillantes con dominancia de azul (augurio de cielos despejados), proporcionado y equilibrado visualmente, limpio y elegante. Pero lamentablemente se queda sólo en eso, porque carece de intención, de expresividad... de alma. Incluso diría que todos tenemos la impresión de haberlo visto ya antes.
En cuanto a la calificación de constructivista o minimalista que le otorgan algunos medios, mejor ni lo comento. Este año estoy contento, tenemos cartel, con sus luces y sombras...
Y para acabar, un pequeño detalle incómodo: el cartel de nuestra Semana Santa, que dicho sea de paso no es ni la única ni la mejor del mundo, está destinado a la divulgación y promoción de la misma, para seducir a público que NO es de Zamora, (repito: NO es de Zamora). Por lo que, en consecuencia, nunca debería ser algo localista, ni necesariamente del gusto de todos los zamoranos.
No estaría de más investigar, conocer y utilizar los gustos y tendencias de nuestros potenciales visitantes.
Yo, con las facultades mermadas por un duro día de trabajo declaro: Que no deseo polemizar, ni tampoco condenar la complicada labor de la Junta ProSemana Santa. Con lo escrito en estas lineas no busco ningún reconocimiento ni contrato de trabajo, sólo es el fruto de una discusión personal. Vamos... como una terapia
No me gusta la decisión de atesorar pequeñas "obras de arte locales" sin más criterio. No tenemos espacio para un gran museo y menos para una pinacoteca. A este paso, dentro de 50 años podremos comprar una enorme colección de carteles o postales que nunca representaron nada ni a nadie en su época, ni tampoco su realidad estético-artística.
Y es que ese tipo de propuestas no es seria, es más propia de un inversor del "Barrio Salamanca" pero no de una asociación, consorcio o colectivo destinado a la salvaguarda y promoción de la principal actividad de la ciudad.
Como sugerencia, ya puestos a acumular arte, no estaría de más contratar los servicios de artistas foráneos de apellidos sonoros, Barceló, Antonio López... incluso explorar opciones no figurativas. Aunque salga muy caro podríamos mantener el mismo super-cartel cada cinco años. Es como los malos anuncios de televisión que no tienen guión ni nada, pero lo arreglan contratando como protagonista a un actor (o actriz) internacional superconocido.
Vamos, que no me parece algo muy meditado, ya puestos se me ocurren otras proposiciones:
- En nuestros carteles sólo pueden aparecer el rojo y el verde.
- Que los realicen hermanos en activo, o en su defecto algún familiar de los mismos.
- Siempre deben aparecer el mismo número de figuras femeninas y masculinas.
- El fondo debe llevar siempre la cúpula de la Catedral o el rosetón de San Juan.
- Sólo lo podrá realizar aquel que tenga ocho apellidos zamoranos.
- Nunca se reproducirán sobre papel, representan algo "inmaterial".
- Si lleva alimentos, que sean con Denominación de Origen.
Y todo esto sin entrar en preguntas como: ¿Quién elige el artista del año que viene? ¿Se hace por estricto orden alfabético o por sorteo? ¿Dónde está la lista de artistas?, ¿Cómo se entra o sale de ella? ¿Se vale repetir?... Estas preguntan que, a priori, suenan a cachondeo para mi contiene bastante enjundia y desconozco sus respuestas.
Pero sigamos con el planteamiento...
En alguna de las ediciones pasadas las pinturas no llegaban a pasar de eso, pinturas, alguna de ellas ni siquiera me atrevería a calificarla de arte. Pero por falta de los conocimientos necesarios nunca llegaban a convertirse en dignos carteles anunciadores, no llegaban ni siquiera a funcionar como provocación visual (que sería otra digna opción).
Es lamentable que cada año alguno de los tropecientos carteles que se editan desde las diferentes cofradías supere en calidad y aceptación al cartel oficial.
El cartel 2016 lo ha realizado Tomás Crespo, otro de los reconocidos artistas de la provincia. Y este año, afortunadamente tenemos un cartel. Si, un cartel discreto y correcto, pero un cartel al fin y al cabo. Cumple con los requisitos mínimos: un mensaje claro y conciso, colores planos y brillantes con dominancia de azul (augurio de cielos despejados), proporcionado y equilibrado visualmente, limpio y elegante. Pero lamentablemente se queda sólo en eso, porque carece de intención, de expresividad... de alma. Incluso diría que todos tenemos la impresión de haberlo visto ya antes.
En cuanto a la calificación de constructivista o minimalista que le otorgan algunos medios, mejor ni lo comento. Este año estoy contento, tenemos cartel, con sus luces y sombras...
Y para acabar, un pequeño detalle incómodo: el cartel de nuestra Semana Santa, que dicho sea de paso no es ni la única ni la mejor del mundo, está destinado a la divulgación y promoción de la misma, para seducir a público que NO es de Zamora, (repito: NO es de Zamora). Por lo que, en consecuencia, nunca debería ser algo localista, ni necesariamente del gusto de todos los zamoranos.
No estaría de más investigar, conocer y utilizar los gustos y tendencias de nuestros potenciales visitantes.
