Martinde Porras
¿Nunca habéis sufrido un absurdo ataque de incredulidad?
Uno de esos sustos que te dan de repente... como cuando alguien me dijo recientemente: he buscado en Google "Martinde" para ver imágenes de tus trabajos... y no he encontrado ninguna. ¡Horror!
Automáticamente apañé el aparato conectado que tenía más cerca para buscarme en Google. ¡Oh sorpresa! La mayoría de los resultados de "Martinde", sobre todo los primeros, corresponden a un santo: San Martín de Porres.
Entiendo que haya muchas más entradas publicadas sobre este humilde mozo peruano santificado y sus oraciones para atraer riqueza, que de un pobre diseñador rural. Pero señores de Google, San-Martín-de-Porres son 4 palabras y Martinde sólo una. ¡Porras! ¿No veis la diferencia? ¿Por qué decidís por mi? Quiero ver cosas de Martinde, simplemente Martinde, sin santificar.
Por si acaso voy a probar un ejercicio. Publicaré esta entrada en mi blog, se llama "Martinde Porras" como queja por este sucedido. Además de partirme el eje viéndome, probaré que ocurre con los resultados de las búsquedas en unos meses.
Esta imagen que publico, con un cariz un tanto irrespetuoso, no quiere expresar más que la creatividad emanando de mi cabeza en forma de potencias/porras de la churrería Lorenzo de Zamora. Esas porras con chocolate son un manjar de dioses, la 12ª maravilla intangible del mundo en su manifestación gastronómica. Esas porras impregnadas y absorbiendo su propio volumen en chocolate, entran y te inundan la boca de la manera más pecaminosa, anulando tus sentidos, atropellando cada rincón de tu cuerpo, llevando al éxtasis el cerebro y después todas tus zonas blandas en un viaje dichoso hasta llegar a fundirse con cada célula y entrar a formar parte de tu ADN.
Esas porras me las desayuno bastantes días y me tienen loco.
Sirva esta entrada también para felicitar a toda la familia de la churrería-chocolatería Lorenzo por esos momentos de felicidad que nos han dado, nos dan y nos darán a todos los por allí vamos.
Y, por si acaso, San Martín de Porres ruega por nosotros.
Uno de esos sustos que te dan de repente... como cuando alguien me dijo recientemente: he buscado en Google "Martinde" para ver imágenes de tus trabajos... y no he encontrado ninguna. ¡Horror!
Automáticamente apañé el aparato conectado que tenía más cerca para buscarme en Google. ¡Oh sorpresa! La mayoría de los resultados de "Martinde", sobre todo los primeros, corresponden a un santo: San Martín de Porres.
Entiendo que haya muchas más entradas publicadas sobre este humilde mozo peruano santificado y sus oraciones para atraer riqueza, que de un pobre diseñador rural. Pero señores de Google, San-Martín-de-Porres son 4 palabras y Martinde sólo una. ¡Porras! ¿No veis la diferencia? ¿Por qué decidís por mi? Quiero ver cosas de Martinde, simplemente Martinde, sin santificar.
Por si acaso voy a probar un ejercicio. Publicaré esta entrada en mi blog, se llama "Martinde Porras" como queja por este sucedido. Además de partirme el eje viéndome, probaré que ocurre con los resultados de las búsquedas en unos meses.
Esta imagen que publico, con un cariz un tanto irrespetuoso, no quiere expresar más que la creatividad emanando de mi cabeza en forma de potencias/porras de la churrería Lorenzo de Zamora. Esas porras con chocolate son un manjar de dioses, la 12ª maravilla intangible del mundo en su manifestación gastronómica. Esas porras impregnadas y absorbiendo su propio volumen en chocolate, entran y te inundan la boca de la manera más pecaminosa, anulando tus sentidos, atropellando cada rincón de tu cuerpo, llevando al éxtasis el cerebro y después todas tus zonas blandas en un viaje dichoso hasta llegar a fundirse con cada célula y entrar a formar parte de tu ADN.
Esas porras me las desayuno bastantes días y me tienen loco.
Sirva esta entrada también para felicitar a toda la familia de la churrería-chocolatería Lorenzo por esos momentos de felicidad que nos han dado, nos dan y nos darán a todos los por allí vamos.
Y, por si acaso, San Martín de Porres ruega por nosotros.